​Cuando tenía 17 años Amelia decidió venir a España. Ella no venía aquí buscando la manera de salir de la miseria, como les sucede a otras muchas de sus compatriotas. Pero sí venía en busca de una salida.

Con 17 años le habían contado que en España en poco tiempo se conseguía mucho dinero y ella pensaba que el dinero acabaría convirtiéndose en poder. En poder ser alguien.  Amelia había sido violada cuando era una niña y desde entonces su vida se había convertido en un infierno. Las violaciones se repitieron una y otra vez. La primera violación en vez de convertirla en una víctima de la violencia sexual, la convirtió en una puta.

Amelia necesitaba urgentemente huir de esa situación. Pero en su huida hacia ninguna parte se topó con una Red que la sedujo para venir a España. Le vendieron un mundo de glamour y de lujos donde la prostitución era algo normal. Le incautaron el pasaporte a cambio de lo que ella pensaba que le devolvería la dignidad.

“En Rumanía ser una puta es menos que ser nadie”, cuenta Amelia. Ella necesitaba volver a sentirse persona, necesitaba encontrar el lugar en la sociedad que en Rumanía le había sido arrebatado. Amelia no venía a España en busca de una casa o un coche. Amelia venía para dejar de sentirse señalada.

No podía aguantar la presión así que, cuando encontró esta oportunidad para huir de Rumanía, se dijo a sí misma que debía mentalizarse de que era una puta y de que debía dedicarse a ello. Pensó que si se auto convencía de que lo hacía “voluntariamente” podría soportar mejor la situación. Se dijo a sí misma que se empoderaría en el sexo confundiendo erróneamente su situación. La metieron en un piso hasta que cumplió los 18 años, cuando la transportaron hasta España. Durante el tiempo que estuvo en Rumanía viviendo en la casa de los tratantes, la fabricaron como prostituta enseñándole cómo seducir a los hombres a la vez que la continuaban convenciendo de lo maravillosa que sería su nueva vida en España.

La historia de Amelia es la de una menor de edad, que fue captada con 17 años. ¿A esa edad y con ese cuadro de situaciones traumáticas previas se puede decidir voluntariamente venir a España a ejercer la prostitución?

La historia de Amelia es la historia de un sistema patriarcal, neo-liberal y globalizado.

La historia de Amelia es también la historia de Elena, otra superviviente rumana que fue violada siendo una niña y fue también marcada desde entonces. Ella todavía no puede revelar su identidad así que su imagen no aparece en el reportaje en ningún momento. Todavía no se encuentra en el mismo punto del proceso que está Amelia. Esto evidencia la complejidad del problema y la gran extensión temporal de los procesos que viven las supervivientes de trata.

Ha tenido que pasar mucho tiempo para que estas dos supervivientes se sientan preparadas para contar su historia y se atrevan a hacerlo. En el caso de Amelia han pasado 15 años desde que se convirtió en víctima de trata hasta hoy.